El equilibrio de los egoísmos
La crisis de la civilización occidental no es política ni económica, sino esencialmente espiritual.
Observatorio de la dignidad de la persona humana en Europa.
La crisis de la civilización occidental no es política ni económica, sino esencialmente espiritual.
Tiempo de aprender, de identificar las enseñanzas que nos ha dejado el confinamiento. Una de ellas es el valor del recogimiento, estar en silencio. Hay cosas que deben ser dichas, y otras sobre las cuales se debe guardar silencio.
Que nous le désirions ou non, l’Internet global prospère sur la reductio ad bestiam de l’espèce humaine. La nouvelle science qui est née a pour nom captologie. Elle opère en trois mouvements chirurgicaux successifs : hypnotiser, conditionner et enfin manipuler les esclaves psychiques ainsi fabriqués.
El virus es la manifestación extrema de un desorden, pero que había sido anunciado y denunciado previamente, como una realidad inequívoca. Tenemos la obligación de ofrecer una cierta luz, la que poseamos en cada momento, por tenue y limitada que sea, empezando por lo que cada uno de nosotros estamos recibiendo como lecciones de vida ante la irrupción de la pandemia.
¿Los hechos humanos nece-sariamente, y por lo tanto siempre, una dimensión moral ? En la actualidad, hablar de «biológico» se ha convertido en una manera de desacreditar el aspecto del que se habla separándolo de esta dimensión moral que es esencial del ser humano. Además, no había nada puramente biológico en la crisis, ya que el contagio presupone relaciones entre las personas, y por lo tanto una sociedad.
Otro de los efectos de la crisis actual es que el virus físico impida aún más ver el virus moral, cuyos efectos llevamos décadas, acaso siglos, padeciendo. Atendemos mucho más a lo que mata el cuerpo que a lo que destruye el espíritu.
Estamos deconstruyendo las leyes no escritas que cimientan nuestra civilización, pero en el confinamiento impuesto que se ha abatido sobre toda Europa como un largo Sábado santo, la esperanza nos salva.
Estamos en media de una tormenta perfecta. La lección que hoy nos da la vida es muy importante y no debemos pasarla por alto.